Cada vez infecciones se están volviendo intratables a causa de la resistencia que las bacterias desarrollaron contra los antibióticos. En la actualidad, este problema provoca unas 700.000 muertes al año en todo el mundo, número que podría multiplicarse dramáticamente hasta llegar a 10 millones en 2050, insiste en un informe de alto nivel presentado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el que llama a trabajar «con urgencia y en forma coordinada y ambiciosa» para evitar una crisis potencialmente desastrosa».
«No podemos esperar: Asegurar el futuro contra las infecciones farmacorresistentes», es el título del artículo en el que está plasmado el resultado del trabajo del Grupo de Coordinación Interagencial a la Resistencia Antimicrobial (IACG), conformado por agencias de la ONU en 2016, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
El informe de 32 páginas contiene un diagnóstico de la situación actual, estimaciones de las alarmantes consecuencias que podría provocar el no hacer nada frente a la amenaza y una guía con recomendaciones para enfrentar la resistencia a los fármacos.
De las 700.000 muertes anuales que se producen en la actualidad debido a que los antibióticos dejaron de ser efectivos contra las bacterias, 230.000 se deben a tuberculosis multirresistente, precisa el documento. Además de las 10 millones de muertes que, se estima, podría provocar esta amenaza en caso de que no se tomen acciones, las autoridades sanitarias prevén que puede causar daños catastróficos a la economía, comparables con la crisis financiera mundial de 2008-2009, debido al alza de los gastos en atención sanitaria, y el aumento de la pobreza y la desigualdad, entre otros factores.
«Más y más enfermedades comunes (en países de todos los niveles de ingresos), incluyendo infecciones en el tracto respiratorio y urinario y las enfermedades de transmisión sexual, son intratables; tratamientos para salvar vidas se están volviendo más arriesgados y nuestro sistema de alimentos es cada vez más precario», indica el informe, al tiempo que añade que la resistencia antimicrobiana plantea una crisis mundial que pone en riesgo un siglo de avances en materia de salud y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los antimicrobianos (antibióticos, antivíricos, antifúngicos y antiprotozoarios) son fundamentales para luchar contra enfermedades humanas, de los animales terrestres y acuáticos y de las plantas, pero se están volviendo ineficaces, observa. La OMS incluyó este año a la resistencia antimicrobiana entre las 10 principales amenazas a la salud.
En el informe se reconoce la estrecha relación entre humanos, animales, alimentos, y la salud ambiental y se hace un llamamiento a una respuesta multisectorial con un enfoque sanitario a este problema, bajo el concepto de «Una sola salud».
Entre las recomendaciones a los países, los expertos incluyen:
➡ Priorizar la elaboración y aplicación de planes de acción nacionales contra la resistencia a los antimicrobianos: financiamiento de nuevas medidas eintervenciones, fortalecimiento de sistemas para la vacunación, la prevención de infecciones en diferentes áreas, monitoreo y vigilancia sanitaria.
➡ Implementar sistemas regulatorios más sólidos y programas de concientización para el uso responsable y prudente de antibióticos por parte de profesionales en salud humana, animal y vegetal
➡ Ambiciosa inversión en investigación y desarrollo para nuevas tecnologías para combatir la resistencia a los antimicrobianos
➡ Eliminar de manera urgente el uso de antimicrobianos de importancia crítica como promotores del crecimiento en la agricultura.
El informe también subraya que en el mundo sigue habiendo muchas personas sin acceso a esto fármacos: «Velar por el acceso equitativo y asequible a antimicrobianos de calidad y por su uso responsable y sostenible es un componente esencial de la respuesta mundial», argumenta el IACG.
«La resistencia a los antibióticos es una de las grandes amenazas que enfrentamos como comunidad global. Este informe refleja la profundidad y alcance de la respuesta que se necesita para cortar su aumento y proteger un siglo de progreso en la salud», afirmó la subsecretaria de la ONU, Amina Mohammed, que también es copresidenta del Grupo Interagencial. «No hay tiempo que perder», subrayó.
Por su parte, el director general de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, destacó en un comunicado que las recomendaciones del informe «reconocen que los antimicrobianos son fundamentales para proteger la producción de alimentos, la seguridad y comercio, así como la salud de humanos y animales, y claramente promueven su uso responsable».
Para el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, las recomendaciones del informe «pueden salvar miles de vidas cada año».