Oncoimágenes en próstata: diagnóstico y seguimiento del tumor más frecuente entre los hombres

Noviembre es el “Mes Azul” y está dedicado en todo el mundo a crear conciencia sobre la detección precoz del cáncer de próstata, un tumor que se desarrolla en una glándula que sólo tienen los hombres, que causa casi un millón y medio de nuevos casos y se cobra prácticamente 400.000 vidas cada año en el mundo.

En la Argentina, hay alrededor de 11.000 nuevos casos y produce unas 3.800 muertes anuales. Es, como en el resto del planeta, el cáncer más diagnosticado en hombres y el tercero más mortal.

“Noviembre, para el cáncer de próstata, es como octubre para el cáncer de mama: se pone el acento en su detección precoz. Como en el cáncer de mama, si el tumor de próstata se diagnostica en estadíos iniciales, cuando está circunscripto a la glándula prostática, tiene altas posibilidades de curación. Por eso se recomienda que los hombres a partir de los 50 años y desde los 40 si hay casos familiares, se realicen controles en forma anual», explicó el Dr. Juan Cruz Gallo (MN 110.315), Jefe de los Servicios de PET/CT y de Medicina Nuclear, y Coordinador de Oncoimágenes de Diagnóstico Maipú.

“El antígeno prostático específico (PSA, por su siglas en inglés) es una proteína que produce la próstata cuya alteración puede estar relacionada con la presencia de un tumor y se manifiesta con un aumento de esa proteína en la sangre. Ese resultado, más un tacto rectal, pueden motivar la derivación a una biopsia de próstata, pero para ubicar el lugar de la lesión se pueden realizar antes dos exámenes por imágenes: la ecografía transrectal o la resonancia magnética», agregó el Dr. Gallo.

Al igual que en el caso de las mamografías, estas pruebas por imágenes (resonancia magnética) en la próstata también son clasificadas con la escala Bi-RADS, que oscila entre 0 y 5. “Si el resultado es 4 o 5 el paciente va a una biopsia”, puntualizó el especialista.

El cáncer de próstata suele crecer muy lentamente, por lo que a menudo no presenta síntomas tempranos y ocurre con frecuencia en varones de más de 50 años. En etapas avanzadas, los síntomas más frecuentes son: aumento en la frecuencia al orinar, flujo urinario débil, urgencia al orinar (aunque estos síntomas también pueden presentarse en enfermedades benignas de la próstata), sangrado en la orina y dolor pélvico o lumbar. Ante la aparición de cualquier síntoma se recomienda consultar al médico.

Qué son las oncoimágenes

El especialista explicó que “los estudios de imágenes orientados a la oncología, incluyen pruebas como tomografía, resonancia magnética y PET/CT, que es la tomografía por emisión de positrones y constituye el estudio metabólico principal para el diagnóstico seguimiento y tratamiento de los pacientes oncológicos”.

Si bien la biopsia clasifica el tumor mediante la escala de Gleason, que es un indicador de la malignidad de la lesión (si el score es bajo, es menos probable que el cáncer esté diseminado), antes de iniciar cualquier tratamiento hay que determinar además la extensión de la enfermedad.

Para hacer un PET/CT se inyecta en forma endovenosa un material radioactivo -principalmente el flúor- que se “marca” con glucosa.

“Porque los tumores tienen un alto consumo de glucosa y ese alto consumo puede verse también si el cáncer se expandió e hizo lesiones secundarias en alguna otra parte del cuerpo. También se puede ver, por ejemplo, si cuando ya se inició la quimioterapia u otro tratamiento esa captación de glucosa disminuye y eso puede indicar que el tumor está bajando, que responde a la droga», señaló el Dr. Gallo.

Pero en el caso del cáncer de próstata existe una ventaja adicional: hay dos marcadores específicos asociados al tumor de esa glándula: uno de ellos es la colina; el otro es el PSMA, que no es una proteína como el PSA, sino un antígeno prostático específico presente en las membranas de las células de la próstata.

“Tanto la colina como el PSMA se asocian directamente con este cáncer. Lo que se hace es ligarlos a 18flúor o galio, y el PET tiene un detector que permite identificar dónde hay más actividad de esos radiomarcadores. No sólo en el tumor sino también en los ganglios o el tejido óseo, si la enfermedad ya se ha diseminado», sostuvo el médico.

El Dr. Gallo sumó que la tomografía también puede dar información valiosa sobre la próstata, aunque hay lesiones muy pequeñas que no detecta. “La resonancia también es muy útil y en el caso de nuestro instituto contamos con protocolos de IA que permiten realizar el examen en la mitad del tiempo habitual: en lugar de 40, 20 minutos, secuencias más cortas pero la misma información». 

El especialista subrayó que lo ideal es que los hombres consulten y se atiendan en una misma institución médica, donde sea posible hacer los primeros análisis, si es necesaria una biopsia y las distintas pruebas por imágenes.

“Es recomendable que toda la atención esté bajo un mismo paraguas con los especialistas trabajando en forma multidisciplinaria y en comunicación directa con el urólogo», aconsejó el médico.

El cáncer de próstata suele crecer muy lentamente, por lo que a menudo no presenta síntomas tempranos y ocurre con frecuencia en varones de más de 50 años. En etapas avanzadas, los síntomas más frecuentes son: aumento en la frecuencia al orinar, flujo urinario débil, urgencia al orinar (aunque estos síntomas también pueden presentarse en enfermedades benignas de la próstata), sangrado en la orina y dolor pélvico o lumbar.

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