Más de 3000 alumnos ya participaron del programa “Ver para Aprender”, un trabajo en red del Municipio y el Rotary Club de Martínez que empezó en el 2008. Esta mañana médicos del sistema de salud sanisidrense revisaron en forma gratuita la vista a chicos de la Escuela Nº9.
En el marco de la quinta campaña «Ver para Aprender», un programa del Municipio de San Isidro y el Rotary Club de Martínez, médicos oftalmólogos del Hospital Central revisaron la vista a alumnos de la Escuela Primaria Nº 9 (Córdoba 763, Martínez). Desde que comenzó esta iniciativa ya se hicieron controles oftalmológicos a 3.000 chicos de escuelas de San Isidro.
También colaboran en este programa estudiantes de la Escuela Municipal de Enfermería «Sor Camila Rolón».
La subsecretaria de Salud Pública, Susana Abelleira, se refirió a la importancia de detectar a chicos en etapa escolar con trastornos de agudeza visual: «Esto es diagnóstico temprano, de esta manera se logra un buen pronóstico. En caso de que a algún niño se le detecte una complicación en la vista, se lo deriva al Hospital Central para un control más profundo. Y en caso de necesitar anteojos, el Rotary se los dona».
Fernando Granata, del Rotary Club de Martínez, recordó que «Ver para Aprender» comenzó en el 2008: ya se le revisó la vista a 3.000 alumnos y se donaron 100 pares de anteojos. «El objetivo es mejorar la calidad educativa de los chicos, ya que si ven mejor, estudiarán mejor», resumió el miembro de la entidad rotaria.
La jefa del Servicio de Oftalmología del Hospital, Nora Bruno, explicó que hay niños que no se dan cuenta si ven menos de un ojo que de otro. «Lo más común es detectar una miopía, que es cuando el chico tiene problemas para ver de lejos. Esto lo perjudica, porque se distrae en clase, no llega a terminar la tarea y se atrasa. Es fundamental tratar esa patología a tiempo ya que en los primeros años de la escuela es la etapa en la que se desarrolla la vista».
La directora de la Escuela Nº9, Margarita Salinas, opinó que la propuesta es fantástica, porque muchas veces sus padres no se dan cuenta de que sus hijos tienen un problema visual y logran subsanarlo con la ayuda del Municipio y el Rotary.
