En una entrevista exclusiva con Noticias de Salud Radio, el presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría, Dr. Pablo Moreno, habló de todo: pobreza y hambre en la niñez argentina; vacunas pediátricas contra la Covid; el riesgo de que vuelvan enfermedades por la baja cobertura para vacunas de calendario. Además, adicciones a sustancias y pantallas; ¿por qué cada vez hay menos pediatras?; y lesiones ocasionadas por el tránsito: hay más víctimas infantiles que por meningitis.
Noticias de Salud Radio entrevistó al Dr. Pablo Moreno, presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y Director Asociado del Hospital Municipal Materno Infantil de San Isidro. Sobre la campaña de vacunación contra el coronavirus, el presidente de la SAP señaló: “Olvidamos que hace casi tres años estábamos todos encerrados mirando por televisión el conteo de pacientes fallecidos y camas ocupadas de terapia intensiva. Estamos ante un aumento de casos de Covid y que las enfermedades no sean graves se debe a la eficacia de la vacunación”. Y agregó: “Creo que hoy tras la cantidad de dosis aplicadas a nivel mundial y los pocos efectos adversos y la buena inmunidad que estas vacunas mostraron es de suma importancia que todos, grandes y chicos, cumplan con los esquemas de vacunación contra la Covid-19”.
-¿Por qué hay baja cobertura para vacunas de calendario en las infancias?
Es otra grave preocupación de la pediatría, ya que nuestro país tiene una notable caída en la cobertura de vacunas. Es uno de los problemas de salud pública más importantes del país porque abre la puerta a la reaparición de enfermedades que estaban eliminadas. Solo para dar un ejemplo en Argentina hace poco cambió la categoría de riesgo para polio, es decir, pasamos a tener un mayor riesgo de que esta enfermedad vuelva. La única manera de evitarlo es cumplir con el calendario nacional de vacunación. La gran ventaja de nuestro país es que tiene uno de los mejores calendarios de vacunación del mundo y es gratuito. Si bien, existen muchas desigualdades en otros temas en vacunas de calendario hay equidad y es algo que debemos aprovechar porque las vacunas salvan vidas. La baja cobertura de vacunas es una causa multifactorial. Por un lado, la pandemia alejó a la gente de las consultas médicas por miedo a contagiarse de coronavirus. Por otro lado, son enfermedades que hace años no tienen protagonismo, generando una sensación de que nada va a pasar porque son temas del pasado. Otro factor es la grave situación socioeconómica de nuestro país: muchas veces las personas no tienen los medios para llegar al hospital o centros de salud para vacunarse. Nuestro desafío como sociedad científica es instalar el tema de que cada familia, padre o madre de un niño o niña revise el calendario de vacunación de sus hijos y que el pediatra le indique qué vacunas le faltan al niño. El rol del Estado es acercar las vacunas a la población para quienes no pueden concurrir a los centros de salud.
«nuestro país tiene una notable caída en la cobertura de vacunas. Es uno de los problemas de salud pública más importantes porque abre la puerta a la reaparición de enfermedades que estaban eliminadas»
-¿Por qué hay cada vez menos pediatras?
Estamos en presencia de un escenario muy complejo y difícil para el ejercicio profesional de la pediatría y las especialidades clínicas. Hay diversas causas que llevan a esta situación: condiciones de trabajo inaceptables, malas remuneraciones, inestabilidad laboral, falta de estímulos y una crisis socioeconómica que a veces provoca situaciones de violencia en el trabajo cotidiano. Hay que tener en cuenta que para ser médico se invierte de seis a ocho años (según la universidad) y cuatro años más para convertirse en pediatra. Y si le sumás una subespecialidad pediátrica son dos o tres años más. Entonces, creo que tanto tiempo para una profesión pauperizada sin una remuneración digna determina que los médicos que egresan en las facultades decidan elegir otras especialidades. Frente a esta situación, desde la SAP pedimos a las autoridades, colegios de médicos y sociedades científicas trabajar en conjunto para revertir esta situación. Quizás lo mejor sea acortar las carreras de grado, teniendo opciones más cortas acorde a los tiempos actuales de la profesión y de la juventud. Pero para el corto plazo necesitamos que los empleadores, ya sea Estado, obras sociales o prepagas ofrezcan una remuneración digna al trabajo de los médicos. Pasó el momento de los aplausos y los médicos quedaron en el olvido. Nadie se acuerda de que cuando no había vacunas ellos salían de su casa para trabajar y cuidar a los pacientes. Tenemos que lograr que la pediatría y la clínica médica recuperen el atractivo con buenas ofertas laborales para las generaciones jóvenes.
«Pasó el momento de los aplausos y los médicos quedaron en el olvido. Tenemos que lograr que la pediatría y la clínica médica recuperen el atractivo con buenas ofertas laborales para las generaciones jóvenes»
-¿Qué le dirías a un médico joven que evalúa elegir la especialidad en pediatría?
-Es difícil. En mi caso volvería a elegir la pediatría. El trabajo de mantener cuidada, segura y sana a la niñez es una labor que genera alegría y esperanza. No les puedo decir a los jóvenes médicos que este trabajo les dará mucho dinero, pero sí que da enormes satisfacciones personales. Porque acompañar el crecimiento de una niña o niño junto a su familia es maravilloso. Entre mis conocidos suelo decir que los pediatras son la mejor esperanza que tenemos para reparar los peores problemas del mundo. La verdad es que no se gana mucho en la profesión, pero decir esto en un país donde la gran mayoría de la población es pobre y no tiene trabajo puede sonar raro.
«La verdad es que no se gana mucho en la profesión, pero decir esto en un país donde la gran mayoría de la población es pobre y no tiene trabajo puede sonar raro»
-Hay más víctimas fatales infantiles por accidentes de tránsito que por enfermedades.
-Nuestro país tiene uno de los peores índices mundiales en lesiones viales con un promedio de 250 y 300 chicos muertos por año. No son accidentes porque éstos no se pueden prevenir, pero las lesiones viales sí. Todo el tiempo vemos en las calles como los conductores y acompañantes en automóviles no usan cinturón de seguridad, tampoco las sillitas para los más chicos, incluso los niños van sentados a upa de los padres en el asiento delantero; quienes van en moto o bicicletas muchas veces omiten usar casco (algo que en el interior es aún más común); otro problema es el exceso de velocidad y gente que conduce alcoholizada los fines de semana. Son todas conductas de riesgo que ponen en juego la vida de niños y adultos. Y, lamentablemente, hay una falta de percepción de este peligro en la población. Por eso, desde la SAP le pedimos al Estado que tome acciones concretas con mayores controles porque corregir este tipo de conductas en el tránsito salva vidas. En Argentina hay más muertes por lesiones viales que por meningitis. Estas comparaciones tienen como objetivo alertar a la población para que cada padre, madre o familiar que sube un niño a un vehículo tome las medidas que corresponden.
«En Argentina hay más muertes de niños por lesiones viales evitables que por meningitis»
-Crecen las adicciones y el consumo problemático en niños y adolescentes.
-Cuando hablamos de consumo problemático nos referimos al aumento de distintas sustancias (alcohol, tabaco y marihuana) pero también al uso de tecnologías (celular, videojuegos y pantallas). Tanto las sustancias como el abuso de la tecnología constituyen riesgos para la salud infantil. Como SAP nos preocupa el consumo de alcohol cada vez más precoz en la adolescencia que ya es un hecho social para compartir con amigos. Está comprobado científicamente que el consumo de alcohol trae daños en las neuronas y más aún en un cerebro adolescente que todavía está en desarrollo. A esta problemática se suma que existen padres que les permiten a sus hijos las “previas” en sus casas con alcohol. Tienen que saber que muchas veces es la puerta de entrada a otros consumos como el tabaco o la marihuana que actualmente resultan socialmente aceptados sin medir el riesgo.
-¿Qué tan perjudicial para la salud de un niño es el abuso de las tecnologías?
-Es clave desalentar el uso de las pantallas en la niñez más temprana; los chicos tienen otras herramientas y juegos fuera de las pantallas. Si bien, las pantallas sirvieron en el aislamiento por la pandemia para permitir la educación, no se puede permitir que un niño esté conectado todo el día a una pantalla porque se transforma en una conducta lesiva. Es uno de los factores más relacionados con la actual epidemia de obesidad mundial; ya que los chicos cada vez se mueven menos y adoptan una vida sedentaria. La adicción a las tecnologías en la niñez también provoca dificultad en las relaciones interpersonales, además de trastornos psíquicos y poca capacidad para frustrarse. Por eso, el tiempo que se le dedica a la tecnología debe ser razonable. Los chicos también se pueden aburrir no necesariamente tienen que estar todo el día hiperconectados. Es fundamental estimularlos a practicar algún deporte o actividad al aire libre, porque ese hábito se traducirá en buena calidad de vida en un futuro.
«El uso excesivo de lo niños a las pantallas es uno de los factores más relacionados con la actual epidemia de obesidad mundial»
-Vivimos en una “Sociedad pantalla”. Resultaría difícil lograrlo.
-Es un trabajo familiar. Somos los padres quienes tenemos que dar el ejemplo. Vemos múltiples escenas en plazas donde los mayores están conectados a una pantalla y no miran a sus hijos. También es habitual en el almuerzo o cena que cada integrante de la familia esté conectado al teléfono sin comunicarse entre ellos. El uso excesivo de pantallas afecta las relaciones interpersonales, además de la salud física y psíquica. Superar estas situaciones es un trabajo de todos como sociedad. Siempre digo que ser padre es uno de los trabajos más difíciles, pero uno tiene que trabajar con el ejemplo. Sería una buena práctica tratar de implementar a la hora del almuerzo y la cena que toda la familia esté libre de pantallas (ni televisor ni celulares); priorizando ese buen momento para conversar.
«Ser padre es uno de los trabajos más difíciles, pero uno tiene que trabajar con el ejemplo»
-¿Cuál es el riesgo de consumir marihuana durante el embarazo?
-Los efectos son terribles, pero no hay conciencia del riesgo en gran parte de la población. Cabe aclarar que el consumo de marihuana no tiene nada que ver con el uso de cannabis medicinal. La marihuana no es algo natural ni saludable. Tendrá efectos a corto y largo plazo desde mayor posibilidad de desarrollar conductas o síntomas psicóticos hasta alteraciones en el neurodesarrollo y la memoria, entre otros riesgos, tanto para la mamá como el lactante. Por eso, si una madre está embarazada y consume marihuana le decimos que durante esos nueve meses no lo haga porque tendrá consecuencias graves en el desarrollo del sistema nervioso de su hijo o hija.
«si una madre está embarazada y consume marihuana le decimos que durante esos nueve meses no lo haga porque tendrá consecuencias graves para su hijo»
-Según UNICEF más de un millón de niños y adolescentes dejó de comer alguna comida (desayuno, almuerzo, merienda o cena) por falta de dinero entre otras razones. ¿Qué opinión tiene la SAP?
-Es uno de los principales males de nuestro país: más del 50 por ciento de los niños argentinos son pobres. La cifra es alarmante. Hay un millón de niños que se saltea una comida, pero hay otros 3 millones de adultos con el mismo problema al no tener dinero para comprar alimentos. En muchos casos los padres prefieren saltear su comida para que puedan comer sus hijos. La génesis de todos los desórdenes políticos y sociales es que vivimos en una pobreza persistente y asfixiante que se transmite de generación en generación. La pobreza va de la mano de la inequidad y es un factor que va a impedir que el niño desarrolle todo su potencial, además de vulnerar sus derechos. Los niños son el motor de la sociedad, serán nuestros dirigentes del futuro. Por eso, si no invertimos en la niñez no estamos invirtiendo en el futuro. El pobre es invisible a los ojos de la sociedad, pero un niño pobre es aún más invisible; porque la pobreza también va a ir de la mano de mayor vulnerabilidad a situaciones de violencia y de trata. Así como también problemas en su neurodesarrollo como consecuencia de la mala alimentación. Por eso, es imprescindible que la clase política de nuestro país supere sus diferencias muchas veces egoístas sin importar el partido político y coloquen a la niñez y la adolescencia en el primer lugar de la agenda. Nuestro país no puede tener el 50% de niños pobres o el 12% de niños que viven en la indigencia. Necesitamos urgente que nuestros gobernantes generen políticas apoyando la niñez porque es la única manera de garantizar un futuro fuerte y productivo para nuestro país.
«Nuestro país no puede tener el 50% de niños pobres o el 12% de niños que viven en la indigencia»
-¿En qué momento ubicarías el aumento de la pobreza y el hambre en la niñez argentina?
-Esto es una deuda histórica. Nuestro país siempre tuvo índices de pobreza altísimos y no logra cortar la transmisión intergeneracional de la pobreza que se ha acentuado como consecuencia de la crisis económica en los últimos años. Cuando uno analiza, por ejemplo, los resultados de las pruebas “Aprender” y las desglosa por condición socioeconómica hay una diferencia notable. No puede ser posible que tu condición socioeconómica te indique cómo será tu educación. No podemos aceptar eso como sociedad. El gran sueño de los pediatras es que Argentina puede reducir la pobreza infantil, que todos los niños y niñas accedan a una atención médica de alta calidad, que se eduquen en un aula; y que tengan una máxima oportunidad para desarrollar su potencial.
«La génesis de todos los desórdenes políticos y sociales es que vivimos en una pobreza persistente y asfixiante que se transmite de generación en generación»
-Asumiste como presidente de la SAP el 20 de octubre de 2021, ¿qué balance hacés?
-Es una experiencia enriquecedora de mucho trabajo. Por un lado, desde la SAP nos enfocamos en nuestros socios los pediatras con actividades y educación médica continua. Pero jugamos un rol activo en visibilizar y comunicar las problemáticas de la adolescencia. Se trata de un trabajo apasionante en el cual muchos no entienden como uno dedica full time todo su tiempo libre para una tarea que es gratis. Para mí es un honor y una bendición poder representar a 20 mil pediatras de todo el país. Aportar nuestro esfuerzo para que la niñez y adolescencia mejore y no se vulneren sus derechos es ayudar a construir un país mejor.