El presidente de la Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires, Dr. Luis García, analiza el impacto de la crisis en la salud pública en general y de los bioquímicos en particular.
A continuación compartimos la interesante editorial del Dr. Luís García, presidente de la Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires:
Nos encontramos hoy ante un panorama de crisis macroeconómica que si bien tiene más de diez años de vigencia, en los últimos 18 meses se ha agudizado por una devaluación del 200% que impacta fuertemente en el sector de la salud que depende del costo de la moneda extranjera para los insumos específicos y la adquisición y renovación de
tecnologías médicas. Además de la inflación, la recesión, el desempleo y la pobreza que profundiza la brecha de inequidaden salud de la población.
Si bien en Argentina se invierte en salud casi un 10% del PBI, uno de los más altos de la región, los resultados de dicha inversión son deficientes, en un sistema segmentado y desigual, en el que el Estado, que se encuentra golpeado económicamente ante los organismos externos de crédito motivo por el cual ha tenido que “reperfilar” parte de su deuda y a la espera de una renegociación con el FMI , es el responsable directo de la asistencia de la salud a mas de 25 millones de personas a través de obras sociales – PAMI y OBRAS SOCIALES PROVINCIALES – como asi también a los pacientes sin cobertura. Y esta crisis no solo afecta al sector público de la salud sino al sector privado, que ve menoscabados sus ingresos por honorarios deteriorados por la altísima inflación.
Crisis que afecta la cadena de pagos de prestadores con bajos aranceles y en algunos casos pagos diferidos, situación que pone en jaque el normal funcionamiento de los servicios.
Desde 2002 la salud se encuentra en emergencia, situación que le daba amplias atribuciones al Ministerio de Salud, sin embargo hace dos años se lo ha rebajado al nivel de Secretaría y eso ha afectado la provisión de ciertos insumos básicos como vacunas y medicamentos.
Si bien cabe destacar ciertas iniciativas muy valiosas como la Agencia de Evaluación de Tecnología Médica, y la implementación de la Cobertura Universal de Salud todavía queda mucho por avanzar en esos temas, y no solamente debe quedar en anuncios intrascendentes. Cabe señalar que uno de los mayores logros de la administración que se aleja ha sido la transparencia y eficiencia en la negociación de compras directas a organismos internacionales en la provisión de insumos, pero esto solo ha sido insuficiente.
Tras el resultado de las elecciones presidenciales, nos toca transitar un período de transición en el que los equipos políticos estudian sus posiciones. Esperamos que sea en total armonía y lo menos traumático posible y que las próximas gestiones nacionales y provinciales de nuestro sector tengan interlocutores que no solo sean especialistas en
gestión, sino que tengan un perfil sanitario y den lugar al aporte de los prestadores en un contexto de consenso y diálogo para generar compromisos que permitan el desarrollo sostenido de programas de promoción y prevención en salud, que hasta ahora han sido esfuerzos aislados por parte de los prestadores sin un necesario intercambio con los
distintos sectores.
Y además que el sector de la salud vuelva a su jerarquía de Ministerio para que tenga un activo protagonismo en garantizar el acceso y la calidad de la salud pública.
Un tema preocupante dentro del sector privado y que merece nuestra máxima atención es la tendencia a la concentración, razón por la cual desde nuestras instituciones deberemos repensar estrategias que compensen el impacto de esta situación en los pequeños y medianos laboratorios, que asi como en otros sectores de servicios han sido los màs
golpeados en los últimos años.