Nutricionistas de San Isidro visitan los campos de deportes municipales de ese distrito para enseñarles a los chicos la importancia de consumir lácteos. La interacción es muy fluida, sostienen las profesionales.
Con juegos como “Súper hueso” y “Pisando fuerte” (inspirado en el videojuego Candy Crush) los niños que asisten a la colonia municipal de verano en los campos de deportes sanisidrenses aprenden la importancia de consumir leche, yogurt y queso. La actividad es parte del Programa de Alimentación Saludable del Municipio de San Isidro. La experiencia se realiza por tercer año consecutivo. Las nutricionistas al frente de esta movida aseguran que jugando los chicos aprenden mejor a comer sano.
Al empezar la charla, como para romper el hielo, la nutricionista María Victoria Azpiazu señala dos huesos gigantes: uno con osteoporosis (enfermedad que afecta al hueso y lo vuelve más frágil); y otro brillante y blanco “porque tiene calcio, un mineral necesario para que huesos y dientes estén fuertes”, le explica a los chicos.
Los niños escuchan atentamente. La interacción con ellos es muy fluida. “¿Dónde encontramos el calcio?”, pregunta Azpiazu. Y los niños responden: “¡En la leche y el yogurt!”.
Después llega el momento de los juegos didácticos. Uno de ellos se llama “Súper hueso” que tiene agujeros que los chicos deben llenar arrojando una pelota que tiene un alimento con calcio.
En “Pisando fuerte”, que es una lona con dibujos de alimentos, los chicos pisan los que tienen alto contenido en calcio y suman puntos. De lo contrario, restan puntaje.
Azpiazu cuenta que con juegos divertidos logran inculcar el mensaje nutricional a los chicos. En esta oportunidad fueron los lácteos: “Aportan bastante calcio, que es un mineral difícil de conseguir en otros alimentos que no sean leche, yogurt y queso. Hay otros lácteos como la manteca, el dulce de leche o la crema, pero contienen grasas y no es conveniente consumirlos con frecuencia”.
Finalizado el encuentro, Roxana Simcic, directora de colonias del Campo de Deportes Nº 1, opina: “Esta iniciativa saludable ya lleva tres años y es exitosa. Tuvo una respuesta muy positiva en los chicos, que se enganchan y aplican lo aprendido en sus casas. Aprender a comer sano a través del juego es bárbaro”.