El impacto de los análisis clínicos en la salud es crucial y sin embargo un tema poco conocido. “El 70% de las decisiones médicas se basan en datos de laboratorio: de ahí la importancia de que los análisis clínicos estén realizados con calidad como un aporte de enorme valor para la prevención, diagnóstico y seguimiento de la salud de los pacientes”, puntualiza la doctora María Eugenia Almagro (7000/B), Directora Técnica de Labmedicina.
Graham Beastall, ex presidente de la Federación Internacional de Química Clínica y Medicina de Laboratorio (IFCC, por su sigla en inglés), describe que la medicina de laboratorio identifica factores de riesgo y síntomas, diagnostica la enfermedad, determina el tratamiento apropiado y evalúa las respuestas del paciente.
Sin embargo, señala la doctora Almagro, a pesar de que la especialidad representa globalmente más del 5% del gasto en salud y tiene un peso tan importante en todas las decisiones terapéuticas, la medicina de laboratorio no tiene la visibilidad que merece.
“El IFCC, que es la sociedad científica que representa nuestra tarea a nivel internacional -puntualiza la bioquímica -llama a nuestra especialidad la ‘profesión sin rostro’ dentro de la medicina. En muchas ocasiones, no tenemos tanta visibilidad como un médico que atiende directamente a su paciente en el consultorio”, sostuvo Almagro.
Socios de la salud
La realización periódica de análisis clínicos es un factor que incide positivamente en el control de distintos indicadores de salud. La medicina de laboratorio abarca disciplinas como química clínica, hematología, microbiología, virología, anatomía patológica, citología, genética molecular y citogenética y tiene aplicaciones en screening, estratificación del riesgo, diagnósticos, selección del tratamiento y monitoreo.
Un aspecto clave es la calidad de las pruebas que se realizan, que comienza con la solicitud por parte del médico y continúa en la fase preanalítica, al iniciarse con la preparación del paciente (respetando horarios de ayuno, preparación especial, etc.) y continúa con la correcta obtención, conservación y transporte de las muestras obtenidas.
“Una mala extracción de sangre -ejemplifica la doctora Almagro- puede ocasionar distintos efectos adversos. Por ejemplo, la hemolización, es decir, la ruptura de glóbulos rojos y ésto ocasionar algunas interferencias en los resultados de las determinaciones de valores de insulina, colesterol, potasio u otros. Por eso, los extraccionistas deben ser evaluados periódicamente para asegurar los correctos procedimientos y las buenas prácticas. .”
Por otra parte, la doctora Almagro añade que “el laboratorio clínico es la actividad médica individual de más alto volumen. En todo el mundo se realizan entre 10 y 15 mil millones de tests al año. Contribuye a un diagnóstico rápido y preciso y es esencial para que la relación costo-beneficio sea clínicamente óptima en el sistema de salud. A menudo es la base principal para reducir costos en la atención del paciente”.
En un metaanálisis que estudió 42 ensayos realizados a lo largo de 15 años de investigaciones se encontró que en 38 casos hubo sobreutilización del test considerado, en 8 subutilización y en 4 casos ambas cosas. A nivel mundial, el costo de la atención clínica potencialmente evitable se calcula como el 30% del gasto sanitario total. Si estas pérdidas se pudieran eliminar, podrían ahorrarse anualmente más de 700 millones de dólares.
La doctora Almagro añade que desde la IFCC se propone un cambio de rol de la medicina de laboratorio desde un modelo basado en la prueba clínica centrada en la muestra, el desempeño del laboratorio y el laboratorio como proveedor de resultados hacia un modelo basado en decisiones clínicas centradas en el paciente, resultados para el paciente y el laboratorio considerado un socio de la salud.
“Para mejorar los resultados, una prueba de laboratorio debe ser apropiadamente solicitada, realizada y entregada con resultados en tiempo y forma, correctamente interpretada y orientar a una decisión para el posterior diagnóstico y tratamiento”, concluye la bioquímica.