El Hospital Central de San Isidro sumó hace un año este equipo de última generación con excelentes resultados. Con este aparato se logra la detección temprana de la retinopatía diabética, que es una de las principales causas de ceguera.
Con la incorporación del retinógrafo digital hace un año el Hospital Central de San Isidro logra la detección temprana de enfermedades oculares en pacientes diabéticos que, si no se tratan a tiempo, pueden provocar la pérdida de visión.
El paciente con diabetes tiene alteraciones vasculares que se presentan en la retina. “Es fundamental un control oftalmológico con el retinógrafo, que es un estudio con contraste en el cual se inyecta un líquido luminiscente en las venas y arterias de pacientes con patologías diabéticas, vasculares, problemas renales o tumores”, explicó la jefa del Servicio de Oftalmología, Nora Bruno.
Sobre este aparato de última generación, poco frecuente en instituciones públicas, la médica señaló que es una adquisición muy positiva ya que ayuda a detectar diferentes patologías. Este estudio, que arroja un resultado muy preciso, se lo realizan unas 20 personas al mes. “Casi la mitad de ellos suele presentar alguna lesión en la retina y a veces se requiere un tratamiento urgente, ya sea con medicación, láser o cirugía”, dijo la especialista.
Bruno indicó que ante determinadas lesiones oculares si no se actúa en forma rápida, el paciente diabético puede perder la vista. “Por eso, la importancia de este equipo que permite un diagnóstico certero, inmediato y preciso para llegar al tratamiento correspondiente”, concluyó.