Así lo indicó la ministra de Salud de la Nación, aunque sostuvo que «el sistema de salud sigue en tensión».
Durante un encuentro con periodistas de medios gráficos y digitales, la ministra de Salud nacional aseguró que “se trabaja fuertemente para que antes de que termine junio toda la población objetivo haya recibido al menos una dosis de vacuna contra COVID-19”.
La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, afirmó hoy que tras las medidas implementadas por el gobierno nacional y las jurisdicciones para disminuir el impacto de la COVID-19 “se detuvo el crecimiento exponencial de casos, pero estamos viendo sobre todo en AMBA, una tendencia al descenso y necesitamos que eso se profundice y se acelere”.
Vizzotti hizo un análisis de la tendencia epidemiológica del coronavirus en nuestro país ante un grupo de periodistas de medios gráficos y digitales nacionales, durante un encuentro realizado en la sede de la cartera sanitaria donde también informó los avances del Plan Estratégico de Vacunación COVID-19 y los desafíos de la prevención de enfermedades respiratorias en el contexto de la pandemia.
La funcionaria, que caracterizó a ese momento de la pandemia como tercera ola, describió que “atravesamos una situación particular con un aumento exponencial de casos muy importante y rápido, y eso superó el máximo de casos del año pasado y tensionó muy rápido el sistema de salud”.
Para hacer frente a esa situación, explicó que se tomaron medidas en dos etapas “las primeras muy específicas y la segundas más intensificadas, especialmente en los lugares donde se identificaba un alto riesgo por la posibilidad de que ese crecimiento exponencial que siguió sucediendo en el arranque no fuera suficiente y arriesgarnos a desbordar el sistema de salud”.
Vizzotti dijo que pese al impacto de las medidas “todavía tenemos tensión en el sistema de salud, en el AMBA, el epicentro de la pandemia, y también está aumentando en otras provincias donde la primera ola había sido menor”.
En ese sentido, la funcionaria destacó que “tenemos un equipo de salud vacunado y más entrenado, pero también cansado”, y que “con un sistema de salud mucho más robusto, hemos podido hacer frente a un escalón en la curva más alto”. Y agregó que “se compraron 400 respiradores más, y estamos distribuyendo 200 respiradores más, aparte de los 3.682 que se distribuyeron desde 2020 hasta hace dos semanas”.
A esa situación, detalló Vizzotti, se agregan dos factores más que inciden en la configuración de la situación epidemiológica: las nuevas variantes –con impacto en la transmisibilidad y la letalidad-, y la vacunación, “que está mostrando una disminución en las proporción de personas mayores de 70 años en la internación y la mortalidad”.
Plan Estratégico de Vacunación COVID-19
Sobre los avances del plan de vacunación, la ministra sostuvo que “se trabaja fuertemente para que antes de que termine junio toda la población objetivo haya recibido al menos una dosis de vacuna contra COVID-19”.
En tanto, Juan Manuel Castelli, subsecretario de Estrategias Sanitarias, que acompañó a la funcionaria durante el encuentro, informó que “en Argentina el 75% de los mayores de 65 años recibieron al menos la primera dosis de vacuna” y que “se prevé articuladamente con las jurisdicciones la búsqueda activa de ese 25% que todavía no se vacunó para que reciba la dosis”.
En cuanto a las coberturas por grupo de edad, detallaron que el 74,8% recibió al menos una dosis de vacuna entre los mayores de 80 años, el 82,6% de los de 70 a 79 años recibieron una dosis, mientras que el 70,8% de 60 a 69, fue vacunado con al menos una dosis.
Vizzotti habló también del impacto de la vacunación en la disminución de las formas graves y la mortalidad, al dar cuenta de un informe de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, que mostró que el 5,4% de las personas internadas en terapia intensiva habían recibido 1 dosis de vacuna, y menos del 1 por ciento habían recibido las 2 dosis, mientras que todo el resto no estaba vacunado.
En relación a la llegada de casi 5 millones de dosis de Astrazeneca, la ministra explicó que gracias a la presentación de multidosis y la conservación de 2 a 8 grados, “se va a descentralizar mucho más la vacunación y ahí vamos a poder medir cuál es la máxima capacidad de Argentina de vacunar”, y agregó que “ hasta el momento la máxima capacidad de vacunar en el país se alcanzó en la semana 15 de vacunación con un 1.2 millones de dosis aplicadas”.
De acuerdo a los datos del Monitor Público de Vacunación COVID-19, hasta esta mañana se habían distribuido en toda la Argentina 11.373.872 dosis, de las cuales ya se aplicaron 9.541.511. Así, hay 7.912.175 personas que ya recibieron la primera dosis y 1.629.336 que ya tienen su esquema de vacunación completo.
En relación al futuro de la pandemia y la planificación a largo plazo, los funcionarios coincidieron en que “tenemos que pensar en 2022 y en adelante porque esto va a seguir, con la circulación de variantes y sin la información de cuánto dura la protección de la vacuna, no podemos decir que se terminó”.
“Estamos en un piso alto y por entrar al invierno, pero con la posibilidad de tener vacunas y, en los próximos meses, redoblar los esfuerzos para seguir vacunando y mantener los cuidados porque con la vacuna sola no alcanza”, dijo Vizzotti.
Prevención de enfermedades respiratorias en el contexto de la pandemia
Vizzotti informó además que el Ministerio de Salud de la Nación ya distribuyó 4.300.000 dosis de vacuna antigripal para avanzar con la vacunación en el personal de salud, los mayores de 65 años, personas gestantes y puérperas, niñas y niños de 6 a 24 meses y personas de 2 a 64 años con distintas condiciones como obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.
En ese sentido, remarcó la importancia de priorizar la vacunación contra la COVID-19 y esperar 14 días para recibir la vacuna antigripal.
Además, Vizzotti destacó haber incorporado este año la vacuna antigripal con adyuvante para los mayores de 65 años para bajar la mortalidad en este grupo de riesgo.