Este domingo 24 de mayo se conmemora el Día Nacional de la Epilepsia, una enfermedad que en muchos casos suele ser de difícil abordaje. Tres de cada 10 pacientes no logran controlar sus crisis con medicación
La epilepsia es una enfermedad neurológica frecuente, que afecta a 1 de cada 100 personas, de todas las edades, sin distinción. Se manifiesta a través de crisis o convulsiones que ocurren cuando se altera el funcionamiento normal de las conexiones neuronales del cerebro.
Estas crisis o convulsiones pueden manifestarse de diversas maneras, entre ellas como episodios breves de movimientos involuntarios en una parte del cuerpo o en su totalidad, a veces con pérdida de la consciencia. Este domingo 24 de mayo es el Día Nacional de la Epilepsia, una oportunidad para concientizar sobre la situación que atraviesan muchas personas que no logran controlar sus crisis o convulsiones con medicación, pero para quienes hay opciones no farmacológicas con muy buenos resultados.
“Si bien la primera opción de tratamiento para los pacientes con epilepsia son los fármacos antiepilépticos, 3 de cada 10 pacientes no logran controlar sus crisis con más de 2 medicamentos en altas dosis. Para estos casos, es necesario evaluar otras opciones terapéuticas como son la cirugía de epilepsia, el estimulador del nervio vago y la terapia cetogénica. Esta última es un tratamiento nutricional no farmacológico que demostró ser efectivo, seguro y bien tolerado por pacientes con epilepsia refractaria. Es importante destacar que la dieta cetogénica puede potenciar otros mecanismos de acción generando sinergismo en el control de las crisis”, manifestó la Dra. Marisol Toma, médica neuróloga infantil del Hospital Alemán.
Este tratamiento puede ser considerado e indicado durante todas las etapas de la vida, desde lactantes, niños, adolescentes, hasta adultos. Los beneficios son múltiples y están vinculados al control de las convulsiones y en la mejoría de la calidad de vida. La efectividad en el control de crisis se mide a partir de los 3 meses de iniciado el tratamiento, teniendo una probabilidad de reducción de convulsiones en más de un 50% en el 85% de los casos. Además, este tratamiento ha demostrado mejorar aspectos cognitivos y de conducta, el estado de ánimo y el sueño, mejorando la calidad de vida del paciente y su familia.
A punto de cumplir 100 años desde la primera vez que se implementó la dieta cetogéncia en la Mayo Clinic por el Dr. Wilder, hoy se ha adaptado en cinco tipos de terapias: la dieta cetogénica clásica (DCC), la dieta de ácidos grasos de cadena media (TCM), la dieta modificada de Atkins (DAM), la terapia de bajo índice glucémico (LGIT) y los ayunos intermitentes (AI).
“Las cinco variantes son efectivas para controlar las convulsiones, algunas son menos restrictivas y permiten mayor variedad de alimentos, pero la decisión acerca de cuál utilizar dependerá de las características del paciente (edad, peso y tipo de epilepsia), de las preferencias de la familia y del equipo que llevará a cabo el tratamiento”, especificó la Dra. Toma.
Todos los tipos de terapia cetogénica se caracterizan por presentar una proporción alta en grasas, adecuada en proteínas y baja en carbohidratos, capaz de simular los efectos del ayuno. El aporte elevado de grasas se transforma en la principal fuente de combustible -en reemplazo de los carbohidratos-, favoreciendo la producción de compuestos químicos en el hígado llamados ‘cuerpos cetónicos’, que generan cambios en la actividad metabólica cerebral mediante múltiples mecanismos, ayudando a reducir las convulsiones.
“La indicación del tratamiento debe estar a cargo de un médico neurólogo, por tratarse de enfermedades neurológicas específicas. Son claves la selección adecuada del paciente, en términos de tipo de convulsiones y síndrome epiléptico, así como el momento de inicio de la dieta cetogénica. La implementación y el seguimiento están a cargo de médicos nutricionistas, licenciadas en nutrición, pediatras o médicos clínicos especializados en el manejo de este tratamiento”, agregó la Dra. Toma.
La terapia cetogénica cuenta con múltiples opciones de alimentos, como crema de leche, aceite, manteca, carnes, pollo, huevo, quesos y pescado; y con fórmulas cetogénicas nutricionales suplementadas con vitaminas y minerales para la preparación de las comidas, que aportan los nutrientes necesarios para cumplir con los objetivos del tratamiento y permiten aumentar la diversidad de las preparaciones. La cobertura gratuita de estas fórmulas está garantizada por las leyes de Discapacidad (N° 22.431 y N° 24.901) y por la Ley de Epilepsia (N° 25.404).
Beneficios más allá de la epilepsia
Esta terapia ha demostrado beneficios para tratar otras enfermedades como en dos trastornos del metabolismo cerebral (el síndrome de deficiencia del transportador de la glucosa tipo 1 -Glut1DS- y la deficiencia de piruvato deshidrogenasa -PDHD-), constituyendo el tratamiento de elección.
Para el síndrome de Dravet, el síndrome epiléptico relacionado con infecciones febriles (FIRES, por su sigla en inglés), los espasmos infantiles, la epilepsia con convulsiones mioclónicas atónicas y el complejo de esclerosis tuberosa, expertos recomiendan que la terapia cetogénica sea considerada en etapas tempranas. Además, estudios actuales indicarían que la dieta cetogénica puede ser efectiva como tratamiento coadyuvante en pacientes con glioblastoma, un tipo de tumor cerebral.
Para concluir, la especialista asegura que “la terapia cetogénica es un tratamiento seguro y eficaz para controlar las convulsiones en personas con epilepsia refractaria”.
Actividad en redes sociales
Este 24 de mayo, desde las 11, habrá cuatro vivos en el Instagram @dietaparaepilepsia para difundir este tema desde un abordaje integral: el primero, sobre cocina para epilepsia refractaria, contará con @mamasanablog y la Lic. Lara González. El segundo será sobre el ABC de esta enfermedad, con @look_connected y médica neuróloga, María Vaccarezza. El tercero hará un enfoque desde la psicología con @mujer.madre.y.argentina y @consultoriodecrianza, y en el cuarto, un periodista entrevistará a un paciente con epilepsia refractaria.