En el marco del Día Mundial del Lavado de Manos que se celebra el 14 de octubre, el Hospital Garrahan recuerda la importancia de generar este hábito desde la primera infancia.
El lavado de manos es un acto muy simple, económico y eficaz que contribuye a la preservación de la salud en la población, razón por la cual debe ser practicada frecuentemente. También contribuye a prevenir casos de enfermedades infecciosas, virósicas y parasitarias, y que son responsables de muchas muertes infantiles en todo el mundo. El 14 de octubre se conmemora el Día Mundial del Lavado de Manos y, desde el Hospital Garrahan, recuerdan la importancia de generar este hábito desde la primera infancia.
«Es muy importante que los niños y niñas vayan incorporando la práctica de lavarse las manos frecuentemente desde muy pequeños ya que, con el tiempo, se irá transformando en un hábito. Una vez incorporado, el hábito pasa a formar parte de la vida cotidiana, transformándose en un beneficio para la salud de toda la familia», afirma Mirta Carbonaro, licenciada en Enfermería, especialista en Epidemiología y Control de Infecciones, del Hospital Garrahan.
En este sentido, se recomienda tener en cuenta que en jardines o en la escuela se comparten juguetes, lápices y otros objetos de aprendizajes que constituyen un vehículo común para la transmisión de microbios, razón por la cual resulta muy importante incorporar el hábito como parte de la vida diaria.
El lavado de manos puede realizarse usando jabón y agua, que es el lavado de manos tradicional, pero también resulta muy efectivo el uso de soluciones alcohólicas, cuya técnica es igual utilizando cualquiera de las dos opciones. Lo más importante es que tanto el jabón o el alcohol tome contacto con toda la superficie de las manos.
El lavado de manos es un acto muy simple, económico y eficaz que contribuye a la preservación de la salud en la población, razón por la cual debe ser practicada frecuentemente. También contribuye a prevenir casos de enfermedades infecciosas, virósicas y parasitarias, y que son responsables de muchas muertes infantiles en todo el mundo.
El lavado de manos puede hacerse en cualquier momento, sin embargo, existen algunas situaciones específicas donde resulta fundamental no dejar nunca de hacerlo ya que tiene un alto impacto en la eliminación de microbios en la piel de las manos. Estos momentos fundamentales son los que identificamos como ‘antes de’ y ‘después de’.
¿Cuándo lavarse las manos?
Antes de preparar alimentos, antes de tocar alimentos cocidos, antes de comer, antes de colocarse y quitarse lentes de contacto, después de ir al baño, sonarse la nariz, toser o estornudar, después de jugar con otros niños y niñas, después de regresar de la calle (ir al gimnasio, viajar en transporte público, etc.), después de manipular alimentos crudos (especialmente carnes de todo tipo, verduras u hortalizas en general), después de manipular basura o bolsas con residuos, luego de cambiar pañales y también luego de jugar o contactar con animales y sus excrementos.
¿Cómo lavarse las manos?
1. Mojarse las manos (este paso solo cuando se usa el jabón)
2. Con el jabón o solución alcohólica en las manos, proceder a frotarse ambas palmas.
3. Frotar parte superior de una de las manos con la palma de la mano contraria y viceversa.
4. Frotar los espacios entre los dedos de ambas manos.
5. Frotar los dedos de una mano con la palma de la mano opuesta y viceversa.
6. Frotar el pulgar con movimiento rotatorio de una mano con la palma de la otra y viceversa.
7. Enjuagar (en caso de haber usado jabón), proceder a secarse con toalla descartable y cerrar el grifo con la misma toalla.