La demencia es un conjunto de síntomas provocados por una serie de cambios anormales producidos en el cerebro y que no forma parte de proceso normal de envejecimiento
Una de las preguntas que más nos hacéis es en qué se diferencia la enfermedad de Alzheimer de la demencia senil. En este artículo, además de explicar estos dos conceptos, analizaremos el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento, el deterioro cognitivo leve y los tipos más frecuentes de demencia.
La demencia senil
Uno de los principales factores de riesgo de la demencia es la edad. De hecho, hasta el 50% de las personas mayores de 85 años pueden sufrir algún tipo de demencia. Sin embargo, la demencia no forma parte del proceso normal de envejecimiento. Es cierto que a medida que se envejece, las funciones cognitivas se pueden ver afectadas. Puede resultar más difícil acordarse de las cosas o de los nombres o puede que se necesite más tiempo para llevar a cabo algunas actividades o mostrar más dificultad para adaptarse, pero se puede llegar a una edad muy avanzada sin que la capacidad mental se vea afectada. Por lo que el término demencia senil no es correcto.
Qué es el deterioro cognitivo asociado a la edad
Las habilidades mentales cambian a lo largo de la vida. Primero, debido a la maduración cerebral y después como resultado del envejecimiento de las células cerebrales y sus millones de complejas interconexiones. A medida que las personas envejecen, sus movimientos y sus reflejos se vuelven más lentos, y su audición y visión se debilitan.
Con la edad, en ciertos individuos sanos, no en todos, disminuyen ciertas habilidades cognitivas. Es más difícil realizar múltiples tareas. Por ejemplo, tratar de prestar atención a la televisión y hablar, simultáneamente, por teléfono.
La inteligencia cristalizada, es decir, el conocimiento o la experiencia acumulada a lo largo del tiempo permanece estable. Sin embargo, la inteligencia o habilidades fluidas, que no se basan en la experiencia o en la educación, tienen a disminuir.
La memoria remota o el recuerdo de eventos pasados, que se han almacenado durante muchos años, se conserva relativamente en la vejez. La memoria reciente o la formación de nuevos recuerdos es, sin embargo, más vulnerable al envejecimiento. Para poder recordar un evento o información nueva, el cerebro debe registrar la información, almacenarla y luego recuperarla cuando sea preciso. Los adultos mayores tienen menos probabilidades que los adultos jóvenes de recordar libremente la mayor parte de la información de un artículo leído recientemente, pero, si se les habla de ello, pueden ser tan buenos como los adultos jóvenes a la hora de recordarlo.
A medida que las personas envejecen se pierde rapidez a la hora de resolver problemas que no se han encontrado antes en la vida. Sin embargo, la experiencia y el conocimiento acumulado puede contrarrestar esta deficiencia.
Con el tiempo, el cerebro tiende a reducirse. Cada neurona tiene un cuerpo celular y un serie de ramas llamadas dendritas, que se extienden en muchas direcciones para comunicarse con otras neuronas. Un sistema que recuerda a una rama de un árbol con muchas ramas. Según se va envejeciendo, el tamaño, la complejidad y la eficiencia de ese sistema disminuye, provocando que la comunicación entre las células sea menos efectiva.
Qué es el deterioro cognitivo leve
El deterioro cognitivo leve es un estadio intermedio entre el deterioro cognitivo asociado al proceso de envejecimiento normal y un deterioro más grave producido por la demencia. Los síntomas indican que hay un deterioro que va más allá que el esperado por la edad, pero que no es tan grave como para que la persona tenga problemas para llevar a cabo las actividades de su vida diaria.
Los trastornos más habituales son: problemas de memoria, como olvidar citas o eventos recientes; dificultades para encontrar palabras para expresarse o seguir una conversación. La persona también puede tener problemas para mantener su atención o para resolver problemas. Estos trastornos son evidentes, tanto para la propia persona como para los que están más cerca.
Según la Clínica Cleveland, entre una cuarta parte o un tercio de las personas con deterioro cognitivo leve terminan desarrollando una demencia. Un tercio permanece estable y no experimenta un mayor deterioro. Y el tercio restante mejorará porque sus problemas cognitivos son provocados por una factor reversible, como sufrir apnea del sueño u otros problemas relacionados con el sueño; trastornos del ánimo, como ansiedad y depresión; deficiencias en la vitamina B12 y otros nutrientes y el uso de medicamentos cuyos efectos secundarios provocan estos efectos.
Signos que alertan de que se puede estar sufriendo un deterioro cognitivo leve:
-Los amigos o los familiares observan que la persona repite una y otra vez la misma pregunta
-La persona no recuerda los eventos recientes
-Tiene problemas para completar las tareas domésticas
-Tiene dificultades para expresarse o seguir las conversaciones
-Aumentan las dificultades para concentrarse
-Cuando conduce, no reconoce lugares por los que ha pasado muchas veces
-Tiene dificultades para seguir las instrucciones o los pasos para realizar un actividad
-Muestra tener poco juicio en su toma de decisiones
Distintos tipos de demencia
La demencia es un término que se usa para describir un conjunto de síntomas provocados por una serie de cambios anormales que se producen en el cerebro. Bajo ese término no solo se hace referencia a una sola enfermedad, sino a varios tipos de patologías, cuya clasificación dependerá del área del cerebro que se vea afectada.
Según la Universidad de Medicina de Michigan, la demencia es como un frutero de una cocina, es decir, sería ese recipiente donde se colocan las distintas frutas; los frutos, en cambio, serían los diferentes tipos de demencia. Si el plátano fuera la fruta que se encuentra con más frecuencia, el plátano representaría a la enfermedad de Alzheimer. Luego nos encontraríamos con frutas menos comunes, como la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy, la demencia frontotemporal o las demencias provocadas por una infección grave del tracto urinario o por una deficiencia de vitaminas. Estas dos últimas sí serían reversibles, mientras que las otras no.
Enfermedad de Alzheimer
Según la Clínica Mayo, los científicos creen que el alzhéimer se produce por una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida que terminan afectando al cerebro.
Menos de un 1% de los casos se deben a mutaciones genéticas. Cuando se producen, la enfermedad suele aparecer antes, entorno a la mediana edad.
Al principio, el alzhéimer destruye las neuronas y sus conexiones en las zonas del cerebro que están involucradas en la memoria, como la corteza entorrinal (se encarga de redistribuir información al hipocampo) y el hipocampo (responsable del procesamientos de la memoria a largo plazo, de las respuestas emocionales). Más adelante afectará a la corteza cerebral, encargada del lenguaje y del razonamiento, después llegará a la zona en la que se regulan las emociones y se extenderá al área en la que el cerebro da sentido a las cosas que ve, oye y huele. Finalmente, la enfermedad llega a la zona en la que se guardan los recuerdos más antiguos que conserva una persona.
Demencia vascular
Es el segundo tipo más común de demencia. Se produce porque el cerebro sufre una falta de flujo de sangre, que puede estar relacionada con una enfermedad aterosclerótica (enfermedad producida por un estrechamiento de las arterias debido a una placa compuesta por grasas, colesterol, calcio y otras sustancias que se encuentran en la sangre) o por un accidente cerebrovascular (cuando el flujo de sangre no llega a una parte del cerebro).
La demencia vascular puede aparecer lenta o, repentinamente, dependiendo de la causa que lo esté provocando. Entre los primeros síntomas se encuentran la confusión y la desorientación. Con el tiempo, las personas tienen problemas para completar tareas o concentrarse durante largos períodos de tiempo. También puede causar problemas de visión y alucinaciones.
Demencia por cuerpos de Lewy
Se trata de un trastorno cerebral en el que unas proteínas, denominadas alfa-sinucleínas, se acumulan en las neuronas. Estas proteínas acumuladas, llamadas cuerpos de Lewy, son responsables de provocar trastornos de comportamientos, en el movimiento y en la capacidad cognitiva.
Entre los síntomas más comunes se encuentran:
-Cambios en el pensamiento, en la capacidad de recordar, planificar, concentrarse e interpretar la información visual.
-Alucinaciones (ver personas, objetos o animales que no son reales)
-Trastornos en el movimiento: lentitud, rigidez o dificultar para caminar
-Dificultades para procesar la información visual, como problemas parar percibir la profundidad
-Delirios (falsas creencias o ideas que el paciente cree que son verdad, como que
alguien le está mirando o le sigue o está hablando de él)
-Cambios en los patrones del sueño.
Demencia por enfermedad de Parkinson
La mayoría de las personas que sufren Parkinson pueden experimentar con el tiempo un deterioro cognitivo. Alrededor de un 30% de las personas con Parkinson no desarrollan demencia, según la Fundación de Parkinson de EEUU.
Una persona con demencia con enfermedad de Parkinson es un individuo con Parkinson que tiene problemas para concentrarse o recordar. También puede experimentar alucinaciones: ver personas, objetos o animales que no están ahí. Es frecuente que sufra trastornos en el patrón de sueño, es decir, que permanezca dormido durante el día y despierto durante la noche.
Este tipo de demencia tiene similitudes con la demencia con cuerpos de Lewy. En ambas se produce una acumulación de una proteína, llamada alfa sinucleína, que se agrupa hasta formar los cuerpos de Lewy. A medida que más y más proteínas se agrupan en las células nerviosas, éstas pierden su capacidad para seguir funcionando y, finalmente, mueren.
Al principio, el proceso afecta a partes del cerebro implicadas en el movimiento, pero, a medida que la enfermedad avanza, afecta a otras funciones mentales, como la memoria y el pensamiento.
Demencia frontotemporal
Es la forma más común de demencia en personas menores de 60 años. Es un término bajo el que se agrupa un conjunto de trastornos que afectan, principalmente, a la parte frontal y a los lados del cerebro (lóbulos frontal y temporal) y que provoca problemas de comportamiento, con el lenguaje y el movimiento. Por lo general, la memoria permanece preservada.
Entre los principales signos que presenta un paciente, se encuentran:
-Cambios en la personalidad y en el comportamiento, como actuar de forma inapropiada o impulsiva, parecer egoísta o antipático, descuidar la higiene personal, comer en exceso o perder la motivación.
-Problemas de lenguaje: hablar despacio, poner las palabras en el orden incorrecto o equivocarse al utilizarlas.
-Problemas con las capacidades mentales: distraerse fácilmente y tener problemas para planificarse u organizarse.
-Problemas de memoria: estos se producen más tarde, a diferencia de lo que se sucede en la enfermedad de Alzheimer
-Problemas físicos: movimientos lentos o rígidos