De qué se trata esta enfermedad que afecta principalmente a las mujeres en edad reproductiva y requiere de un equipo interdisciplinario para su diagnóstico y tratamiento.
La fibromialgia es una enfermedad caracterizada por dolor musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en determinados puntos específicos (puntos dolorosos). Si bien este dolor se parece al originado en las articulaciones, no es una enfermedad articular.
La fibromialgia es frecuente y la padece entre el 2 y el 6 % de la población mundial, y se da más que nada en mujeres. Puede presentarse como única alteración – lo que se llama fibromialgia primaria – o asociada a otras enfermedades (fibromialgia concomitante). Forma parte de los síndromes sensitivos centrales, que son enfermedades en las que no aparecen datos en laboratorios y radiografías y solo el experto en la materia, bajo un examen minucioso, logra obtener el diagnóstico.
El dolor no es el único síntoma. La dificultad para rendir intelectualmente, llamada “Fibrofog”, puede ser hasta más grave que el dolor mismo.
Un gran desafío que presenta es que el paciente dé con el profesional adecuado para su diagnóstico y tratamiento.
“La fibromialgia es una enfermedad PNIE (Psico-Neuro-Inmuno-Endocrina) que debe ser diagnosticada y tratada por un equipo de dolor crónico ya que es un padecimiento crónico. En INEBA somos pioneros en la materia dado que contamos con este servicio y en la revisión y tratamiento de cada paciente participa un equipo interdisciplinario de psiquiatras, clínicos reumatólogos endocrinólogos y neurólogos formados en este trastorno”, explica el Dr. Sergio Czerwonko, médico psiquiatra de INEBA (MN 77456).
La población más propensa a esta enfermedad es la femenina, ya que a lo largo de la vida es la que presenta mayores oscilaciones hormonales y se enfrenta a numerosas instancias traumáticas y al darse en periodo fértil hay que tener particular cuidado en los tratamientos propuestos. También puede presentarse en niños y adultos, sobre todo en aquellos que hayan atravesado situaciones estresantes y traumatizantes. Es una enfermedad que suele aparecer luego de procesos virales, internaciones o situaciones de duelo o pérdidas importantes.
“Hay que entender que es un padecimiento que existe a pesar de la resistencia en algunos ámbitos de descreer en su existencia, como en su momento se dudaba de la depresión o los ataques de pánico. Hoy sabemos que no es una enfermedad psiquiátrica, no es traumatológica, no es reumática, no es neurológica ni psicológica pero tiene una clínica precisa y debe ser asistida por un equipo multidisciplinario que englobe a todas estas especialidades”, enfatiza el especialista.
Señales de alerta que debemos atender
La enfermedad se manifiesta con dolores que provocan inmovilidad y se asocian a otros trastornos como cansancio crónico, intestino irritable, imposibilidad de rendir intelectualmente en los momentos de crisis, oscilaciones a lo largo del año y las estaciones.
Para obtener un correcto diagnóstico el paciente debe ser examinado con todos los avances de la medicina. Se necesita un laboratorio clínico preciso, resonancias y una evaluación funcional. Estos estudios permitirán abordar un tratamiento eficaz.
“El tratamiento debe ser integral y coordinado por un equipo experto e idóneo. No debe dejarse ningún dato al azar, descartándose problemas reumáticos, neurológicos, psiquiátricos y clínicos. Requiere de paciencia por parte del profesional tratante y comprensión por parte de la familia y la sociedad, por lo que informar sobre la patología y generar conciencia es muy importante”, concluye Czerwonco.